El alcoholismo es una enfermedad crónica, progresiva y en muchos casos mortal, debido al abuso continuado de una sustancia alcohólica, la persona con esta enfermedad adquiere una dependencia física y psicológica hacia esta sustancia.
El abuso del alcohol afecta a la persona adicta en varias facetas de su vida como la física, es decir, la salud, la social y la familiar, éste va avanzando en el tiempo empeorando la situación de la persona, lo que conlleva a ser una enfermedad crónica.
También mencionar el “alcohólico de fin de semana”, que lo definiríamos como el individuo que hace un abuso periódico y continuado, que entre otros efectos, hace que la persona viva ajena a la realidad de ese momento.
El alcohol, al ser una droga legal y bien vista por la sociedad, pasa desapercibida en cuanto a problemática se refiere, sin embargo el alcohol es el responsable de más muertes en el mundo que el resto de sustancias adictivas. El hecho de ser una sustancia legal y con reconocimiento social, hace que el problema sea más difícil de ver por la persona alcohólica o por su entorno. El consumo social, la facilidad para conseguirlo y su bajo coste, hacen que el problema tarde en dar la cara (silencio clínico).
¿Por qué se empieza a beber?
- Por imitación: De forma consciente o inconsciente imitan las conductas de sus referentes o iguales.
- Por aceptación: Para sentirse integrados en un grupo o círculo social.
- Por diversión: Les hace ser más extrovertidos, sociables, eufóricos, alegres…. (Al principio).
A consecuencia, el comienzo del consumo de alcohol es cada vez a más temprana edad.
Un estudio realizado por la OMS (Organización Mundial de la Salud) determinó que la edad promedio en que los jóvenes comienzan a consumir alcohol en España es a los 13 años y que entre los 14 y los 18 años, el 75% consumen un promedio de una a dos veces al mes.
¿Por qué nos volvemos adictos al alcohol?
Se cree que la adicción en muchos casos tiene un componente genético pero a día de hoy es imposible saber quién puede desarrollar la enfermedad y quien no. Hay estudios que hablan de que los niños que sufren de TDA o TDAH (trastorno con déficit de atención con o sin hiperactividad) son propensos a desarrollar una adicción en el futuro, aunque hay diferentes motivos posibles.
El alcohol estimula nuestro cerebro para producir dopamina, que es la responsable de que al consumir alcohol entremos en un estado de alegría y euforia, el problema viene cuando forzamos esta glándula de forma artificial atrofiándola y no es capaz de producir la dopamina de forma natural y necesitamos de más alcohol para producirla, este es el momento que si bebo estoy bien y si no bebo me encuentro mal «comienza el círculo vicioso.»
¿Qué efectos tiene el alcohol en la persona adicta?
El consumo continuo provoca la tolerancia del cuerpo a esta sustancia, una de las consecuencias principales es la intoxicación por alcohol además de problemas hepáticos, daños en el sistema nervioso, amnesia, disfunción eréctil (en el caso de los hombres) diferentes tipos de cáncer, úlceras, gastritis e incluso daños cerebrales permanentes. Estos son algunos problemas provocados por el alcohol.
Además de estos, el 40% de los accidentes de tráfico (estadística Ministerio de Salud 2019) son provocados por el alcoholismo, igual que las caídas, quemaduras, ahogamientos, accidentes laborales, etc. No solo la salud se ve afectada, sino que además, los pilares donde se sustenta la vida del adicto se desmoronan, como la pérdida de trabajo, la pérdida de seres queridos o familiares, la pareja, amigos…
Las relaciones familiares se ven deterioradas a medida que el consumo crece, ya que la convivencia con estas personas, que además se vuelven irascibles, depresivas o tienden a aislarse, se vuelve muy complicada.
¿Cómo ayudar a la persona alcohólica a superar esta adicción?
El alcohol es una potente droga depresora, el que sufre esta adicción, rara vez ve que la ingesta de alcohol es la fuente de su malestar, es más, creerá que beber es la solución para olvidarse de sus problemas excepto cuando el consumo es tan obvio, que hasta es incapaz de afrontar el día si no empieza bebiendo.
En esta fase suele haber varios intentos fallidos de dejarlo por si mismo.
Es muy importante buscar un centro especializado en adicciones, donde un equipo multidisciplinar estudie su caso y pueda ofrecerle una intervención adecuada. Al principio del tratamiento, será necesaria una ayuda farmacológica para paliar el síndrome de abstinencia, ya que al privar al enfermo de la sustancia de forma radical puede causarle grandes trastornos como el delirium tremens (síndrome de abstinencia del alcohol que provoca temblores, delirios, fiebre y en ocasiones paro cardíaco y en consecuencia la muerte).
Es importante detallar que el tratamiento no consiste solamente en la desintoxicación del paciente, sino que es necesaria una completa recuperación a nivel cognitivo-conductual para que el paciente obtenga las herramientas suficientes para evitar posibles recaídas.
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Adrián Ortego Cuetos
Terapeuta especialista en adicciones Grupo Neros Asturias