La adicción al sexo es un trastorno muy controvertido y que se encuentra en pleno debate en la sociedad actual. Si bien practicar sexo de forma habitual es sano, y muy recomendable, no lo es tanto cuando se convierte en una conducta adictiva. Es decir, en una obsesión o deseo incontrolable. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de una enfermedad mental crónica que necesita de un tratamiento adecuado. Si hablamos de cifras, el 5% de la población mundial padece este trastorno. En este artículo vamos a ahondar en las causas, los síntomas y los tratamientos que pueden resultar más efectivos para dar solución a este grave problema.
¿Qué es la adicción al sexo?
La adicción al sexo es conocida también como hipersexualidad o comportamiento sexual compulsivo. Se caracteriza por una preocupación obsesiva por el sexo y una necesidad irrefrenable por participar en actividades sexuales. Las personas que lo padecen experimentan serias dificultades para controlar esos impulsos sexuales, pudiendo llevar a cabo comportamientos de riesgo, como mantener relaciones sexuales sin protección o conductas delictivas.
Como ya hemos visto, se trata de una enfermedad mental cuyo motivo principal es encontrar el placer para, de esta manera, aliviar su malestar emocional. Sin embargo, ese alivio es pasajero, dando paso a un sentimiento mucho más penoso y doloroso.
¿Qué causas provocan la adicción al sexo?
Como en la mayoría de adicciones, no existe una causa concreta y definitiva, sino más bien un conjunto de diversos factores. En este caso, la adicción al sexo podría estar relacionada con factores biológicos, psicológicos y sociales. Algunos estudios sugieren que podría tratarse de ciertos desequilibrios químicos en el cerebro, como la dopamina. A ello podemos sumar las experiencias traumáticas en la infancia, como el abuso sexual.
Pero también la personalidad juega un importante papel. Según los expertos, hay rasgos que se repiten en las personas adictas al sexo: narcisismo, impulsividad, búsqueda del riesgo constante o satisfacción permanente.
Los síntomas de la adicción al sexo
Los síntomas que aparecen en los adictos al sexo pueden variar de una persona a otra, sin embargo, existen algunos rasgos comunes que es necesario conocer:
- Pensamientos obsesivos y constantes sobre sexo.
- Dificultad para controlar los impulsos sexuales.
- Participación en actividades sexuales de riesgo.
- Necesidad de aumentar la frecuencia o la intensidad de la actividad sexual para sentir satisfacción.
- Problemas en las relaciones laborales o familiares o personales debido a un comportamiento sexual compulsivo.
- Sentimiento de culpa, vergüenza y baja autoestima.
- Cambios en los hábitos saludables de sueño, digestivos y neurológicos.
- Acometer actos delictivos por cumplir el deseo sexual.
- Problemas físicos en los genitales debido a la incesante actividad sexual.
Tratamiento de la adicción al sexo
Una vez se toma conciencia de la adicción y los graves problemas que está acarreando, el primer paso es pedir ayuda. El tratamiento de la adicción al sexo generalmente implica una combinación de terapia individual, en algunos casos, terapia de pareja y, en otros, también incluye medicación. El objetivo principal es ayudar a la persona a controlar sus impulsos y establecer relaciones sexuales saludables y satisfactorias.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las formas más comunes de tratamiento que se utilizan en estos casos. Esta terapia se centra en identificar y cambiar los pensamientos y comportamientos disfuncionales relacionados con el sexo. A través de ella, las personas afectadas aprenden a manejar sus impulsos sexuales, desarrollando nuevas habilidades para afrontar el problema de una manera saluda y efectiva.
Además de la propia terapia, los grupos de apoyo son beneficios para los adictos al sexo. Estos grupos brindan un apoyo al paciente en todo momento, ofreciendo consejos, compartiendo experiencias y recibiendo un apoyo mutuo.
En definitiva, la adicción al sexo es un trastorno complejo que tiene un impacto significativo en la vida de las personas que lo experimentan. Es importante reconocer los síntomas y buscar la ayuda profesional que garantice una vuelta a la normalidad. La terapia individual, la terapia de pareja y los grupos de apoyo brindan la ayuda necesaria para recuperarse y establecer relaciones sexuales saludables y satisfactorias.
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